BULLYING y CIBERBULLYING:
“No nos dimos cuenta hasta pasado un tiempo, al principio pensamos que no quería ir al colegio porque no hacía los deberes o porque no quería estudiar. También creíamos que era por pura pereza, que no quería levantarse, que si hacía frío… Siempre nos contaba que todo bien en el colegio, que tenía sus amigos y que en el recreo seguía jugando con los demás. Nunca nos dijo nada de lo que estaba pasando. A veces llegaba llorando del instituto y nos decía que había tenido un mal día, que no le había salido un ejercicio, o que había pasado algo haciendo algún trabajo. Nunca nada fuera de lo normal. Fue la orientadora de su Instituto quien nos informó de todo lo que nuestro hijo le había contado el día de la agresión y nosotros no podíamos creerlo”. Este caso extremo muestra la realidad con la que muchos padres se sorprenden entendiendo y encontrando respuestas a muchas de las cosas que pasaban de puntillas con su hijo. Para el hijo/a también es una liberación poder compartir con otras personas “su infierno particular.
El bullying o acoso es la agresión para ejercer poder sobre otra persona.
Concretamente, los investigadores lo han definido como una serie de amenazas hostiles, físicas o verbales que se repiten, angustiando a la víctima y estableciendo un desequilibrio de poder entre ella y su acosador. Debido a este proceso se establece una relación desigual entre el acosador (el líder, el cabecilla) la víctima (niño o niña que recibe el acoso) y el resto de compañeros que pueden conocer o no la situación (y pueden o no ponerla en conocimiento de los mayores).
Conocer cuando nuestros hijos/as pueden estar siendo víctimas de un proceso de bullying, qué signos pueden ser claves para reconocer una situación así y cómo actuar nosotros, serán claves para poder ponerse manos a la obra y que el impacto que esta conducta violenta tienen nuestros hijos/as sea el mínimo posible.
Por otra parte, las herramientas tecnológicas (móviles, redes sociales, consolas, ordenadores, etc.) han favorecido que el bullying tradicional, habitualmente confinado a un plantel escolar y a un horario de clases convencional, haya rebasado estos límites y se haya extendido en forma virtual a los hogares de los alumnos agredidos e intimidados, y dado lugar a lo que se conoce en la actualidad como Ciberbullying . Para ser consideradas como Ciberbullying, estas prácticas de intimidación a través de los servicios de Internet deben darse con la intención de dañar, ejecutarse en forma repetitiva y llevarse a cabo en una circunstancia donde sea evidente el desequilibrio del poder entre los participantes. Enviar fotos, acosar en grupos de whatsapp, ridiculizar a alguien a través de sus cuentas a redes se está convirtiendo en una práctica más habitual de lo deseado entre nuestros jóvenes.